Autoridades carcelarias de Matanzas suspendieron las visitas intercarcelarias y las llamadas telefónicas entre los presos políticos Félix Navarro y su hija Saylí Navarro.
Apagonio, que amaba el amor y odiaba el odio, era un cacique casual. Ningún miembro de la tribu recordaba haberlo elegido o haber votado por él en las elecciones.